Contribuyentes

viernes, 10 de febrero de 2012

Segunda Temporada - Capítulo 8


FEBRERO 10

Featuring Sófocles

Pluma:  Amigo, escritor cuyo instrumento es la tinta que me corre por dentro, tú que conoces las desgracias de la casa de los Soltéridos, ¿sabes de alguna de ellas que Zeus no ha recordado después de chupar nosotros dos? O más bien dicho, ¿sólo de ti? No, no hay vergüenza ni infamia ni cosa más insufrible que tú. ¿Te has enterado ya o no sabes los males inminentes que las alevosas tramaron en tu contra?
Yo:  No, Pluma,  a mí no me ha llegado noticia alguna de alevosa pasada o futura, desde que me vi privado de cantos ligatorios.
Pluma: ¿Eres tú, por tu desgracia, el desprovisto de alas en tu mano que nada más puedes sacar? ¿Sientes tu lengua seca y tus páginas marchitas? ¿No piensas, acaso, que un ejército de Musas levanta hacia ti sus flechas y senos, ya no en buen plan, sino con truenos de amenaza?
Yo: Muy cabrón.
Coro de Corn Flakes: ¡Ay, de ti, escritor de las noches infollantes! ¡Ay, de la tinta que se gasta como si fuera gratis!
Corifeo: ¡Atento a tus señas, escritor! ¡Escucha las advertencias de Pluma, descendiente de la casa de los Lamyácidas, que más ha visto de mujeres en este año que tú!
Coro de Corn Flakes: ¡Ay, de ti, poeta de las pajas mentales!
Yo: Habla pues, Pluma, hija de Perra; que mi paciencia es menor a tu tinta.
Pluma: En vano descargas contra mí, tu ardor, hombre de letras. Mira en tu pantalla pulida y dime si no reconoces la cara de aquella que, dices, abandonaste en un cruce de caminos tres y diez días atrás.
Yo: A huevo.
Coro de Corn Flakes: ¡Ay, ay, que sí la ve!
Yo: ¿Qué determinas de esto?
Corifeo: ¡Ay, escritor! ¡Tú solo te haces alas de cera!
Pluma: Tú has dejado su belleza de Erinia sobre la pantalla y ahí la dejaste. La fortuna no cambia tu camino pues te sabe enculado por donde erraste. ¡Y no saldrás mientras su imagen siga!
Yo: ¡No mames!
Coro de Corn Flakes: ¡Ay, ay, ay… ay!
Yo: ¡Maldito soy por la fortuna y dejado de los dioses por no dejar atrás la carga que me he echado a cuestas! ¡Oh, vergüenza, oprobio y mal ejemplo entre los ardidos del mundo! ¡Que no vuelva a ver esa imagen maldita!
Se echa Corn Flakes en los ojos y queda enceguecido.
Coro de Corn Flakes: ¡Ay, ay, del escritor de las noches infollables! Jamás ha visto el mundo solitario más extraño. ¡Ay, ay… ay!

fin

No hay comentarios:

Publicar un comentario